El valor de la confianza y la reputación en las deudas hipotecarias

Empezábamos el otro día por explicarles el inicio del concepto de banco de la mano del economista John Hicks (premio Nobel y figura importante en la economía del siglo XX) y seguimos por como este concepto evolucionó hasta llegar a la idea de crédito y deuda; y como estas dos ideas se relacionan con el elemento común indispensable de la confianza. Sin esta no se puede dar todo lo demás.
Primeras apariciones de los pagarés modernos
Ya en las ferias en la Italia del Renacimiento, los comerciantes se reunían para establecer redes enmarañadas de pagarés entre ellos y con los bancos. Sucede igual hoy en día cuando una persona pide un crédito a un banco y este se lo presta; creando así una deuda hipotecaria. Luego este banco le vende el derecho de cobrar esta deuda a un segundo banco. Para que todo esto pueda suceder, insistimos, es necesario que el primer banco acredite al segundo que la persona que ha pedido la hipoteca sea lo suficientemente solvente para pagar; o sea, la confianza.
Hicks explicaba así la deuda negociable “La calidad de la deuda de un comerciante en particular depende de su reputación: regularmente será más valorada por aquellos que tienen el hábito de tratar con él, y sabrá que está acostumbrado a cumplir sus promesas, que aquellos que no la tienen”
Por lo que el valor de una deuda es sensible a la información. Esto implica que, aunque es cierto que en los “buenos tiempos” se pueden hacer negocios con las deudas como con el dinero de curso legal, en los “malos” los activos basados en la deuda respaldados por hipotecas pueden desvanecerse casi instantáneamente si existe una amenaza creíble de impago. En estas circunstancias, todo el mundo quiere divisas, no promesas de futuros pagos.
Hicks esgrime que este problema con la información, es realmente un problema de la reputación; lleva a la creación de un mercado de garantías de que se pagará una factura.
“Por lo tanto, podemos pensar que cada comerciante tiene un círculo de comerciantes a su alrededor, que tienen un alto grado de confianza en él, por lo que están listos para aceptar sus promesas a pleno valor o cerca de él; no hay obstáculo para compensar las deudas dentro de ese círculo por la falta de confianza en las promesas que se realizan. Si quiere hacer compras fuera de sus círculos, no estará tan bien ubicado. Sin embargo, los círculos pueden superponerse”