Principales empresas promotoras de los cajeros automáticos

Principales empresas promotoras de los cajeros automáticos

Ya les hemos contado cual fue la chispa que generó el invento de la máquina expendedora de dinero, o el cajero automático. Y estaremos todos de acuerdo que a más de uno se le haría muy difícil la vida sin este inestimable invento.

Después de pasar por sus principales problemas de desarrollo (más adelante en este post volveremos a ese punto) y de contarles como la posibilidad de conseguir dinero al instante y en cualquier momento no solo ayudo a gran parte de las poblaciones, sino que cambio los patrones sociales de las mismas; ahora le toca el turno a dar un repaso a las principales compañías que invirtieron fuerte y desde el principio en esta incipiente tecnología.

En 1971, unos cuantos años después de la aparición de las primeras máquinas de dinero, en Inglaterra y Suecia, los fabricantes estaban expandiéndose por Gran Bretaña (Speytec-Burroughs), los EE. UU. (Docutel y Diebold) y Japón (Omrom Tateisi). Juntos, implementaron cajeros automáticos en sus países de origen y en Europa, Canadá, Israel, Chipre y América Latina. Pero no todo fue tan fácil, a principios de la década de 1980, pioneros como Chubb, De La Rue, Docutel y Asea-Metior abandonaron la industria ya que ninguno de ellos logró mantenerse al día con los avances en informática y electrónica (estos eran los famosos problemas de los que hablábamos antes y que les contábamos en este artículo). Otros fabricantes, como Burroughs, no habían logrado sus objetivos de despliegue dado que el mercado en esta época ya era muy competitivo en este sector. Citibank abandonó sus planes de comercializar sus dispositivos patentados, pero sin embargo continuó usándolos en su red global propietaria hasta los años noventa.

¿Pero fue esta la evolución de todas las empresas?

La verdad es que no, de manera diferente actuó IBM, que tenía la fuerza de marketing, la experiencia en ingeniería y los contactos comerciales para dominar el mercado. La compañía parecía destinada a abrumar a sus competidores hasta que los ejecutivos decidieron implementar un nuevo modelo, la familia IBM 4732 (que era incompatible con modelos anteriores) incluido el ya exitoso y ampliamente desplegado IBM 3624.

Pero muchos bancos evaluaron la máquina y se negaron a comprarla porque IBM había hecho obsoletas las importantes inversiones de capital de los bancos en la infraestructura informática anterior, no solo en los dispositivos físicos dentro de las sucursales bancarias, sino también para las máquinas y el software que soportaban la comunicación a través de la red del banco, e incluso a los estándares para las redes de cajeros compartidos. Este movimiento de IBM agrió los bancos, lo que ayudó a abrir el mercado de cajeros automáticos a los nuevos fabricantes de cajeros automáticos.