TAE

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El TAE es la sigla correspondiente a la Tasa Anual Equivalente. Se trata de término bancario que se aplica en los principales productos financieros. Créditos, minicréditos, hipotecas, depósitos o pagarés bancarios, entre otros. Se refiere fundamentalmente al coste o beneficio que puede tener para el cliente la contratación de un modelo de financiación o ahorro, respectivamente.

Intereses sobre los créditos concedidos

Una de sus aplicaciones se genera en cualquier línea de crédito solicita. En donde su porcentaje indicará lo que le cuesta al usuario el dinero prestado por un banco o intermediario financiero. Serán los intereses que habrá que abonar en su devolución y que están reflejados en el contrato firmado por ambas partes. No puede olvidarse que se trata de uno de los elementos más importantes por el que selecciona un crédito por encima de otros. A más bajo que sea su Tasa Anual Equivalente, menos habrá que pagar finalmente. Se aplica siempre sobre la cuantía demandada.

Rendimiento en los productos de ahorro

Aunque manteniendo su mismo significado, tiene otra consideración cuando se trata de la suscripción de productos para el ahorro (depósitos a plazo, pagarés bancarios, deuda pública, etc.) o la inversión (fondos de inversión, dividendos, estructurados, etc.). En este caso, el TAE equivaldrá al rendimiento que obtendrá el ahorrador o inversor a sus aportaciones monetarias. En cada caso será diferente en función del precio del dinero a las fluctuaciones en los mercados financieros. Mientras más elevado sea, mayores serán las ganancias de las operaciones realizadas.

¿Cómo se calcula?

Para interpretar cual es la cantidad real que indica, será necesario hacer una serie de operaciones matemáticas en las que estén presentes el tipo de interés de interés, la frecuencia de los pagos y abonos y también las comisiones vinculadas a cada uno de los productos bancarios contratados.